martes, septiembre 19, 2006

En este mundo de acá

En este mundo de acá veo muchos cadáveres prematuros, la descomposición de la inocencia en el poxirán, la marginalidad que fertiliza la ignorancia propia y ajena. Siento el aroma de la miseria. Escucho los gritos del olvido. Es precoz la carcajada de la muerte.

En este mundo de acá puedo palpar lo artificial. Lo artificial es lo que más caro se vende y lo que más rápido se compra. La desesperación se diluye en psicopastillas. Cada vez hay menos pan porque cada vez hay menos dientes. Hay sueños atómicos, que algún día serán bombas realidades. Eso me da miedo. He aprendido a cómo anestesiar el corazón, y también he aprendido a que ello no me importe. Y eso también me da miedo.

En este mundo de acá, ¿la realidad comienza adentro o afuera del ser? ¿nunca sintieron que esta realidad no es lo que nos quieren hacer creer? ¿nunca sintieron como que hay alguien que digita la realidad? ¿que lo que vemos, lo que escuchamos, lo que leemos, está manipulado? Yo creo que cada uno puede creer en la realidad que quiera creer. Que cada uno puede modificarla. Deformarla. Formarla. Crearla. Imponerla.

En este mundo de acá soy un rebelde porque apuesto a las sensaciones y en las sensaciones me siento vivo. La formalidad es un disfraz que me desviste. Lo convencional se me resbala. Porque siempre estoy en la postura de buscar una utopía, y por sobre todo porque sé que hay una utopía que siempre me busca. Busco complicidad en las miradas. Una certeza en cada quizás. Un placer después de algún dolor.

En este mundo de acá se me gasta la mirada y se me escapa la voz. Los cuencos de mis ojos se vuelven cráteres veloces. El pensamiento, una volátil ilusión.

Siempre me siento acompañado en este mundo de acá, amigos y amigas, aunque la soledad hoy pague muy bien por mi compañía.


Etiquetas: