jueves, junio 15, 2006

Alas de seda

Nunca invito a la tentación a mi fiesta, pero siempre espero que llegue y que entre sin pedir permiso, tan melódica y tan dulce como siempre. Con esa manera de sonreír que insiste en corromper las vanidades. Con esos ojos de los que nace el ardor de los rubíes y que insisten en percutirme un viaje.
El cielo está demasiado alto esta noche.
El desvelo es un velo inconcebible.
Y cuando el reloj comience a ponerse lento tenemos un tiempo,
un tiempo para que todo comience a pasar más rápido.

La noche gira bizarra sobre nuestra cabeza, mientras el fuego del ensueño incendia los pensamientos que viajan en un flash demasiado rápido como para atrapar alguno.

El instante es tu sonrisa. Te lavás las manos así el pecado sólo queda por dentro. El pecado de asesinar al tiempo con tal de mantenerte una sonrisa más conmigo.
El pecado de mentirle al segundero del tiempo con tal de que no me recuerde que el instante no va a durar y que el efecto de tu sonrisa será solo un momento delicioso.


Salgamos que el sol no nos ve.
Salgamos que la luna está acá nomás
Salgamos que la luna comienza en mis dedos
Lo nuestro siempre huele al dulce aroma de la verdad ilusoria
Me gusta la sensación del perfume por el que todos giran la vista
Cuando las estrellas quemen el éxtasis del delirio
Salgamos
Salgamos a devorar oscuridades
Y con alas de seda
Salgamos a envolver una delicada eternidad azul
Hasta que de tus ojos nazca el amanecer

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